Boca Unidos le ganaba 2-0 a Villa San Carlos en Berisso cuando se desató un terrible enfrentamiento entre barrasbravas locales y la policía bonaerense. El árbitro Ramiro López debió suspender el partido a los 44 minutos del primer tiempo porque no estaban las condiciones dadas para que continúe el cotejo. Lamentable.
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| ENCHUFADÍSIMO. Victor Galarza fue uno de los valuartes del equipo. Participó en las dos jugadas de gol. Foto: Agencia Télam |
Los jugadores del elenco local afirmaban que nada hacía pensar que podía ocurrir algo así. Pablo Bastianini, en declaraciones radiales, señaló que algo se había escuchado acerca de posibles "problemas". Más allá de esto, lo cierto es que Boca Unidos le estaba ganando 2-0 a Villa San Carlos, y la violencia se apoderó del partido, obligando al referee Ramiro López a tomar la decisión de suspenderlo.
Había comenzado mejor la "Villa" desde la conducción del correntino Leo Morales en mitad de cancha, con Sapetti y Troncoso tratando de acompañar. El mal estado del campo de juego, le impidió entrar rápido en sintonía a los jugadores aurirrojos que, en el primer cuarto de hora, tuvieron que aguantar los embates del dueño de casa.
Sobre los 27', cuando el match se había "empantanado", lo tuvo Yonathan Galloso entrando por izquierda, pero Garavano intervino providencialmente. En la réplica, el que se lo perdió fue Leo Baroni en una jugada casi calcada. Un rato más tarde, a los 33', Victor Galarza entró en acción abriendo la pelota una nueva proyección del "3" aurirrojo, que mandó un centro pasado al segundo palo, donde Lucas Oviedo no pudo de derecha, en primera instancia, pero de zurda la mandó al fondo de la red para poner en ventaja al equipo correntino.
5 minutos más tarde, un doble pifie en la defensa celeste, derivó en el "11" del elenco ribereño, quien leyó muy bien el panorama para habilitar de primera al "Pipa" Raúl Estévez, que entró al área en diagonal y definió rápido ante el achique del Gato Sessa. Contudencia al 100%.
Pero allí ganaron protagonismo los violentos. En las inmediaciones del estadio, comenzaron a escucharse disparos y la preocupación se apoderó de la gente de adentro. Los que estaban en la platea corrieron a buscar refugio en zona de prensa. Desde la popular, un grupo se sumó al pleito arrojando piedrazos en distintas direcciones. En la cancha, el juez dio la orden para que los futbolistas se retiren al vestuario. Muchos de ellos, locales y visitantes, se acercaron a la platea para verificar que sus familiares estén bien.
Afortunadamente, en ese sector no hubo nada que lamentar pero la cosa no terminó allí. Los vehículos de particulares y el micro en el que se trasladaba la delegación aurirroja fueron destrozados por los proyectiles.
La calma llegó después de aproximadamente una hora de continuos disparos. El escenario posterior al enfrentamiento fue desolador.
Sin embargo, esto sigue. La semana que viene, AFA deberá conformar un tribunal para analizar lo acontecido. Habrá que esperar el informe del árbitro, el de los organismos de seguridad, y el testimonio de los protagonistas. Hoy por hoy, es prematuro conjeturar una sentencia. Quedan 50 minutos de juego por derimir.
Cómo dijo el volante central correntino, Leo Morales, "estas cosas que pasan lastiman al fútbol argentino".
GOLES DEL PARTIDO
Había comenzado mejor la "Villa" desde la conducción del correntino Leo Morales en mitad de cancha, con Sapetti y Troncoso tratando de acompañar. El mal estado del campo de juego, le impidió entrar rápido en sintonía a los jugadores aurirrojos que, en el primer cuarto de hora, tuvieron que aguantar los embates del dueño de casa.
Sobre los 27', cuando el match se había "empantanado", lo tuvo Yonathan Galloso entrando por izquierda, pero Garavano intervino providencialmente. En la réplica, el que se lo perdió fue Leo Baroni en una jugada casi calcada. Un rato más tarde, a los 33', Victor Galarza entró en acción abriendo la pelota una nueva proyección del "3" aurirrojo, que mandó un centro pasado al segundo palo, donde Lucas Oviedo no pudo de derecha, en primera instancia, pero de zurda la mandó al fondo de la red para poner en ventaja al equipo correntino.
5 minutos más tarde, un doble pifie en la defensa celeste, derivó en el "11" del elenco ribereño, quien leyó muy bien el panorama para habilitar de primera al "Pipa" Raúl Estévez, que entró al área en diagonal y definió rápido ante el achique del Gato Sessa. Contudencia al 100%.
Pero allí ganaron protagonismo los violentos. En las inmediaciones del estadio, comenzaron a escucharse disparos y la preocupación se apoderó de la gente de adentro. Los que estaban en la platea corrieron a buscar refugio en zona de prensa. Desde la popular, un grupo se sumó al pleito arrojando piedrazos en distintas direcciones. En la cancha, el juez dio la orden para que los futbolistas se retiren al vestuario. Muchos de ellos, locales y visitantes, se acercaron a la platea para verificar que sus familiares estén bien.
Afortunadamente, en ese sector no hubo nada que lamentar pero la cosa no terminó allí. Los vehículos de particulares y el micro en el que se trasladaba la delegación aurirroja fueron destrozados por los proyectiles.
La calma llegó después de aproximadamente una hora de continuos disparos. El escenario posterior al enfrentamiento fue desolador.
Sin embargo, esto sigue. La semana que viene, AFA deberá conformar un tribunal para analizar lo acontecido. Habrá que esperar el informe del árbitro, el de los organismos de seguridad, y el testimonio de los protagonistas. Hoy por hoy, es prematuro conjeturar una sentencia. Quedan 50 minutos de juego por derimir.
Cómo dijo el volante central correntino, Leo Morales, "estas cosas que pasan lastiman al fútbol argentino".

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