La decisión del técnico Carlos Trullet de no tenerlo en cuenta para la próxima temporada lo golpeó fuerte a Cristian Núñez. Para colmo, una contractura en el isquiotibial izquierdo lo dejó afuera de los partidos ante Crucero del Norte y Sportivo Belgrano, justo después de una gran actuación ante Unión de Santa Fe, coronada con un gol.
PUBLICACIÓN ORIGINAL: Diario El Litoral
Ayer ante Gimnasia y Esgrima de Jujuy tuvo oportunidad de despedirse jugando con la camiseta “Aurirroja”, aquella con las que más satisfacciones tuvo y a la que también le supo dar grandes alegrías.
“Me sentí muy raro, desde que venía en el colectivo muchos amigos que estuvieron desde el principio conmigo, acá que enviaron mensajes. La verdad que no pensé que iba a jugar, pero quería hacerlo de cabeza dura, porque no estoy al ciento por ciento, pero me quería despedir hoy, no quería que pase como los viejos históricos que la vez pasada se fueron por la puerta de atrás, me quería despedir bien de la gente”, señaló a la salida de vestuarios.
La referencia obviamente es para jugadores como Rolando Ricardone, Miguel “Manzana” Benítez y Walter Alarcón, quienes no tuvieron la oportunidad de despedirse ante la gente jugando, como debería ser siempre tratándose de jugadores que estuvieron defendiendo la camiseta desde el Argentino B.
“Quedó la anécdota que hoy empatamos y sumamos, pero me voy del club y es muy doloroso para mí. Estaba a seis meses de irme como soñaba y hoy me voy mal”. Conteniendo las lágrimas, disparó: “Me duele chicos, gracias a todos” y se retiró.
A la salida del estadio de Huracán Corrientes, conocidos y aficionados le armaron un pasillo y vitorearon su apodo: “negro”, “negro”. Todos querían una foto con el ídolo.
“No esperaba tantas muestras de cariño, yo soy chaqueño y es difícil creer esto que me está pasando nada menos que en Corrientes, por la rivalidad que hay entre las dos provincias”, alcanzó a señalar.
Ya un poco más tranquilo, en su camioneta, le dijo a El Litoral. “Quiero agradecer primero a mi familia, que me bancó siempre. A mi mujer Claudia, a mis tres hijos; Gisella (15 años), Radamel (5 años) y la pequeña Selena que tiene 3 años. Ellos son mis amores”.
“Si hablamos de recuerdos, se me vienen todos a la mente. Cuando empecé en el club de mis amores Villa Alvear, que me dio la oportunidad de jugar en primera. Los goles que hice en For Ever, que fueron muchos, no se cuántos; y luego recuerdo la ida a Sol de América de Formosa, que me abrió las puertas para recalar en Unión de Sunchales”, manifestó haciendo un repaso de los clubes por donde pasó antes de llegar al equipo de la ribera.
Núñez agregó que “no puedo olvidar al club que me dió todo el renombre que tengo: Boca Unidos. Cuando estaba jugando el Argentino B siempre soñaba con jugar un partido en el Nacional B; ni pensaba que algún día iba a jugar en primera división A de AFA en ese momento, así que cuando me llamaron para ir a jugar a Rosario no lo podía creer, un sueño se me estaba haciendo realidad”.
“Me tocó jugar en Newell’s donde arranqué bien pero no tuve continuidad, de modo que decidí rescindir el contrato, así que regresé a Boca Unidos. Luego vino lo de Unión. Darío Kudelka, con el cual habíamos trabajado bien y ascendimos juntos, creo que fue quien influyó para que yo vaya a jugar a Unión más tarde, porque dos veces me quiso llevar y la tercera fue la vencida”.
Ayer, el público lo reconoció. Coreó su nombre cuando el equipo ingresó a la cancha, también en el entretiempo. Cuando se retiró del campo de juego, a los quince minutos del complemento, recibió otra vez el aplauso del público y hasta el saludo del árbitro Alejandro Castro.
“El negro es de Boca y de Boca no se va” coreó la hinchada y en parte tienen razón, porque su juego y sus goles quedarán grabados por siempre en los hinchas del equipo “Aurirrojo”.
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