El Aurirrojo volvió a la victoria en el reducto del Decano Tucumano, y lo consiguió gracias a una conquista de Emmanuel Perea y a la enorme tarea del arquero Matías Garavano, que se erigió en una muralla infranqueable para las aspiraciones de Atlético. Fue una nueva prueba de carácter para los muchachos de Carlos Trullet, que consiguieron así lavar la imagen de los partidos anteriores.
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| EN EL CENTRO DE LA ESCENA. Matías Garavano tuvo una tarde extraordinaria y su actuación fue determinante para que el equipo correntino obtenga la victoria. Foto: Diario El Litoral |
El Aurirrojo se vuelve a Corrientes habiendo cosechado, en el "Jardín de la República", tres puntos que cotizan muy alto y que sin duda tendrán repercusión en la continuidad de la fecha 30.
El partido comenzó con un ritmo electrizante, con dos equipos que a su manera trataban de lastimar al rival. El local recostaba el juego sobre la izquierda, con la velocidad de Acosta y Bazán; la visita trataba de contragolpear con la agilidad de Oviedo y la presencia de Bastianini y Toledo cerca del área rival. Como símbolo de lo que acontecería en el desarrollo del juego, dos veces el palo le dijo que no al "Deca" en los primeros 15 minutos, y a partir de los 20' comenzó a agigantarse la figura de Matías Garavano. El "1" Aurirrojo intervino primero tapándole un remate a Acosta, tras gran maniobra individual de Bazán, y luego, trás un tiro de esquina, se revolcó un par de veces para evitar que Malagueño pueda vulnerar su valla y, en la continuación de la jugada, con un vuelo acrobático mandó al corner un remate de Montiglio que se metía en el ángulo.
En la réplica el que se lució fue el "Laucha" Luchetti, que dos veces impidió el gol correntino tapando consecutivamente los disparos "a quemarropa" de Oviedo y Bastianini. La cosa no terminó ahí, porque el golero decano se "jugó la vida" para ganarle un mano a mano al "9" del conjunto correntino, tras una habilitación de Toledo; y en las dos últimas de los 45 iniciales, Acosta y Bazán volvieron a definir mal entrando de izquierda al centro.
El partido comenzó con un ritmo electrizante, con dos equipos que a su manera trataban de lastimar al rival. El local recostaba el juego sobre la izquierda, con la velocidad de Acosta y Bazán; la visita trataba de contragolpear con la agilidad de Oviedo y la presencia de Bastianini y Toledo cerca del área rival. Como símbolo de lo que acontecería en el desarrollo del juego, dos veces el palo le dijo que no al "Deca" en los primeros 15 minutos, y a partir de los 20' comenzó a agigantarse la figura de Matías Garavano. El "1" Aurirrojo intervino primero tapándole un remate a Acosta, tras gran maniobra individual de Bazán, y luego, trás un tiro de esquina, se revolcó un par de veces para evitar que Malagueño pueda vulnerar su valla y, en la continuación de la jugada, con un vuelo acrobático mandó al corner un remate de Montiglio que se metía en el ángulo.
En la réplica el que se lució fue el "Laucha" Luchetti, que dos veces impidió el gol correntino tapando consecutivamente los disparos "a quemarropa" de Oviedo y Bastianini. La cosa no terminó ahí, porque el golero decano se "jugó la vida" para ganarle un mano a mano al "9" del conjunto correntino, tras una habilitación de Toledo; y en las dos últimas de los 45 iniciales, Acosta y Bazán volvieron a definir mal entrando de izquierda al centro.
La segunda etapa no tuvo el vértigo del período inicial pero ambos contendientes encontraron la manera de arrimar cierto peligro, con Moisés del lado de la visita, y con Acosta y el ingresado Argañaraz por el lado del anfitrión.
Cuando el reloj marcaba 20', Boca Unidos ganó un corner, lanzado por Oviedo mandó al corazón del área, donde Emmanuel Perea metió un frentazo que mandó el esférico al fondo de la red. Apremiado por las circunstancias, Atlético se abalanzó sobre el campo correntino, mientras un exhausto Boca Unidos cedía terreno conforme pasaban los minutos. No obstante, la impericia para terminar jugadas por parte de los futbolistas de celeste y la seguridad de Garavano mantenían el marcador sin alteraciones.
Sin embargo, cuando el Decano ya era todo desesperación, Barrado filtró una pelota al corazón del área para Montiglio, quien se desplomó al mínimo contacto, cuando Perea trataba de interceptar el pase. Pompei marcó el penal, y Piriz Álvez asumió la responsabilidad de ejecutarlo. Allí, se iluminó una vez más el arquero aurirrojo, que se arrojó abajo sobre su derecha y consiguió desviar, primero el remate del delantero oriental, y luego un disparo fortísimo de Barrado, en la segunda jugada.
El pitazo final desató el festejo de la visita, con todos los jugadores y cuerpos técnico y médico corriendo a abrazar y felicitar al guardavallas rosarino que tuvo, según sus palabras pospartido, su "tarde soñada".
De ésta manera, la conexión tucumana entre Oviedo y Perea (ambos con pasado en San Martín), y las providenciales atajadas de Garavano le dieron una nueva alegría a un Boca Unidos al que bastante le ha costado imponerse fuera del territorio correntino. El Aurirrojo obtuvo su tercer triunfo jugando en el "Monumental" José Fierro, donde ya se siente "como en su propio jardín", y logró así recuperar parte de los puntos que se escaparon en fechas anteriores. Ahora, el equipo de la Ribera deberá tratar de reencontrarse con su mejor versión para volver a consolidar la localía ante Independiente Rivadavia.
Cuando el reloj marcaba 20', Boca Unidos ganó un corner, lanzado por Oviedo mandó al corazón del área, donde Emmanuel Perea metió un frentazo que mandó el esférico al fondo de la red. Apremiado por las circunstancias, Atlético se abalanzó sobre el campo correntino, mientras un exhausto Boca Unidos cedía terreno conforme pasaban los minutos. No obstante, la impericia para terminar jugadas por parte de los futbolistas de celeste y la seguridad de Garavano mantenían el marcador sin alteraciones.
Sin embargo, cuando el Decano ya era todo desesperación, Barrado filtró una pelota al corazón del área para Montiglio, quien se desplomó al mínimo contacto, cuando Perea trataba de interceptar el pase. Pompei marcó el penal, y Piriz Álvez asumió la responsabilidad de ejecutarlo. Allí, se iluminó una vez más el arquero aurirrojo, que se arrojó abajo sobre su derecha y consiguió desviar, primero el remate del delantero oriental, y luego un disparo fortísimo de Barrado, en la segunda jugada.
El pitazo final desató el festejo de la visita, con todos los jugadores y cuerpos técnico y médico corriendo a abrazar y felicitar al guardavallas rosarino que tuvo, según sus palabras pospartido, su "tarde soñada".
De ésta manera, la conexión tucumana entre Oviedo y Perea (ambos con pasado en San Martín), y las providenciales atajadas de Garavano le dieron una nueva alegría a un Boca Unidos al que bastante le ha costado imponerse fuera del territorio correntino. El Aurirrojo obtuvo su tercer triunfo jugando en el "Monumental" José Fierro, donde ya se siente "como en su propio jardín", y logró así recuperar parte de los puntos que se escaparon en fechas anteriores. Ahora, el equipo de la Ribera deberá tratar de reencontrarse con su mejor versión para volver a consolidar la localía ante Independiente Rivadavia.

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